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Diferencias entre un proyecto en Revit y un proyecto en BIM

Las siglas BIM (Building Information Modeling), revolucionarias en el sector
de la construcción, parece ser que no se han consolidado de manera estándar en
todos los agentes y procesos constructivos.

En Barcelona, en
sintonía con el congreso internacional European BIM Summit, con el objetivo
de divulgar buenas practicas del uso BIM, se marcó como fecha límite el año
2018 para que todos los equipamientos e infraestructuras públicas de obra nueva,
con presupuestos mayores a 2 millones de euros, se realizaran con metodología BIM
en fase de diseño y construcción. Además, también se marcó que, en 2020, todos
los equipamientos de infraestructuras deban generarse en BIM en fase de diseño,
construcción y mantenimiento, en edificios tanto de obra nueva como de
rehabilitación.

Este hecho, que ha
impuesto desarrollar una metodología y toda la infraestructura que esta
conlleva a marchas forzadas, ha propiciado que la diferencia entre realizar un
proyecto en Revit o un proyecto en BIM, no diste, a día de hoy, todo lo que
debería y, de ese modo, se cumpla con el concepto de orden, colaboración y eficiencia, a fin de conducir los
procedimientos tradicionales hacia la industrialización.

DEFINICIONES

Según la BuildingSMART, “Building Information Modeling (BIM) es una metodología de trabajo colaborativa para la creación y gestión de
un proyecto de construcción. Su objetivo es centralizar toda la información del
proyecto en un modelo de información digital creado por todos sus agentes.

El uso de BIM va más allá de las fases de diseño,
abarcando la ejecución del proyecto y extendiéndose a lo largo del ciclo de
vida del edificio, permitiendo la gestión del mismo y reduciendo los costes de
operación.”

Por otra parte, Revit es, únicamente, un software paramétrico capaz de
aprovechar el potencial de la metodología para el diseño de arquitectura,
instalaciones y estructuras, pero insuficiente para abastecer la gestión total
de un proceso constructivo sin colaboración con otros softwares.

Es importante
reafirmar que Revit, fuera de un entorno BIM que englobe a todos los agentes de
una obra es, simplemente, una herramienta que sustituye al CAD. Por lo tanto,
no ofrece por ella misma proyectos que cumplan con los objetivos principales
del BIM.

En resumidas
cuentas: Metodología vs. Software.

ANÁLISIS

Desde MSI, batallamos
para que la concepción actual del BIM en edificación diste de un proceso meramente
de modelado, donde no existe colaboración entre disciplinas, agentes y
softwares de los que surjan proyectos eficientes.
Pero ese objetivo no siempre se alcanza al 100%.

En tiempos de transición entre la metodología CAD
tradicional y el nuevo BIM, es muy importante entender que la realización de un
proyecto cuyo único uso BIM es la
extracción de planos, no es realizar un proyecto con metodología BIM.

Incluso se podría
decir que es todo lo contrario, dado que es un procedimiento que no solventa
prácticamente posibles interferencias en obra, no optimiza procesos y genera
gran cantidad de información desordenada, poco útil para fases de gestión en
obra. Al mismo tiempo, requiere de mucho más tiempo de diseño e inversión en
tecnología que en formato CAD. Esto, sumado a una falta de estandarización BIM en la propia empresa, puede reflejarse en
pérdidas económicas sustanciales por proyecto, únicamente por “cumplir con el
trámite del BIM”.

CONCLUSIONES

Para que esta
metodología cada vez tenga más valor y, con ello, menos detractores, debe haber
cambios respecto el proceso tradicional de generar proyectos para, de esa forma,
obtener, tal y como define la curva
teórica del BIM
, los resultados finales esperados.

Ilustración 1. Curva teórica del BIM. Fuente BIM Community.

Es importante,
pues, evolucionar hacia una estandarización común para todos. El hecho de que
exista tanta variedad de codificaciones, estandarizaciones e incluso
plantillas, en un entorno puramente
colaborativo
, no es un hecho que vaya a favor del posicionamiento de la
metodología.

Por otro lado debe instaurarse
la cultura, hasta el momento muy
tímida, del trabajo colaborativo. Y con ella empezar a entender una obra y
todas sus fases, desde el diseño a la explotación como un bien común, no un bien
individual
de cada agente que interviene en el proceso.

Para evolucionar en
este sentido, como se entiende en la figura anterior, es necesaria una inversión mayor por parte de la entidad
promotora en fase de diseño. A fin que intervengan todos aquellos agentes implicados
en procesos, no solo de diseño, sino también constructivos, como es el claro
caso de la empresa constructora e
incluso de sus propias empresas proyectistas, ofreciendo propuestas de cambios en fase de diseño, no en fase de
construcción. De ese modo, se asegurarían diseños verdaderamente eficientes,
que realmente puedan optimizar procesos
constructivos en obra.

Para que esto sea
posible, debe de haber, también, una clara evolución del sistema de
contratación actual hacia un sistema transversal que atienda a las necesidades básicas
para el mayor posicionamiento de la metodología, que incluya a todos los
agentes necesarios para el desarrollo de la totalidad del proceso en fases de
diseño.  

Tal y como se
refleja en la siguiente ilustración, es necesario evolucionar de la ETAPA BIM 1 hacia la ETAPA BIM 3,
donde se aprecia la intervención de todos los agentes principales de cada etapa
del edificio en fase de diseño, hecho que se resume en una fase mucho mas corta
de construcción y, por lo tanto, un proyecto en su totalidad más eficiente.

Para que esto sea
posible, es obvio que todos estos agentes deben trabajar a favor de la
metodología BIM.

Ilustración 2. Efecto del BIM en las fases del ciclo de vida de un proyecto. Fuente. Espacio LEAN BIM.

Para más
información sobre los distintos agentes que intervienen en cada una de estas
etapa, y la explicación en profundidad de las gráficas de la fuente anterior,  podéis consultar la siguiente página web, Espacio
Lean BIM
, donde se habla sobre los efectos del BIM en las fases de vida de
un proyecto.